La calidad es uno de los primeros factores de que valoramos cuando se realiza una compra o se contrata un servicio. Es por ello que prácticamente todas las empresas de consumo o servicios adoptan normas internacionales de calidad para acreditar sus productos con sellos. Las normas de calidad derivan en un desarrollo de la organización sostenido.
El sello ISO certifica que dicho producto o servicio presenta una calidad, que los productos y servicios cumplen con los requisitos legales aplicables.
Con esta certificación las empresas puedan ofrecer productos y servicios altamente competitivos, que brinden mayor satisfacción a sus clientes y usuarios.
Actualmente, un sello ISO se ha convertido en una grande ventaja para cualquier organización. El hecho de disponer de esta certificación ya no es sólo un valor añadido para diferenciarse de la competencia o asegurar calidad, sino que es una verdadera necesidad.
Existen muchas ventajas para considerar la obtención del sello ISO.
Las principales son:
1) Las exigencias del mercado: a veces no se puede vender sin sello ISO. El producto que posee este certificado asocia con la calidad y la fiabilidad. Y es que el sello ISO es referente para muchos compradores, sectores competitivos y mercados emergentes que quieren adaptarse a los exigentes estándares de calidad.
2) El nivel de competitividad aumenta notablemente. Las empresas que poseen el sello ISO se destacan de sus competidores que no tienen este certificado.
3) Mejora la eficiencia interna de la empresa. Es decir, se mejora el ambiente para los empleados. Además, todos los tipos de recursos se utilizan de manera más racional: recursos humanos, materiales, financieros, energéticos, mientras se producen bienes o servicios con un coste mínimo y de alta calidad.
4) Se aseguran suministros y servicios en tiempo y forma que aumenta la eficiencia de los proveedores.
5) Potencia el branding personal de la compañía. El sello ISO mejora la imagen de la empresa frente a todo el mundo: sus clientes, la comunidad y a su propio personal.
6) Mejorar la satisfacción del cliente. El sello ISO para el consumidor es un instrumento muy útil a la hora de medir el nivel de confianza. Sellos de calidad son una garantía de excelencia.
Las empresas adoptan normas internacionales de calidad, buscando que sus productos y servicios obtengan de forma certificada la calidad deseada y contratada por clientes, la comunidad y su propio personal.
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